Soy magia cuando estoy con él. Soy sonrisas. Soy ganas de abrazar. Soy instinto. Soy ganas de besarle. Soy miradas que dan la vida. Soy comienzos que nunca se acaban, y precipicios que hacen que quiera ser valiente solo por él. Hace, y que nadie lo ponga en duda, que me crea capaz de todo. Incluso de gritar en público. Y por eso considero que una persona capaz de hacerme creer eso no es una persona normal. Porque tiene algo que me hace ser débil. Hace que mi corazón lata a mil, que mi llanto nunca sea demasiado fuerte y que mi ángel favorito sea el que tengo delante. Su cuello es tentador y pecado. Pone en duda mi resistencia. Y cuando me sonríe, lo único que quiero hacer es abrazarle fuerte, muy muy muy fuerte, y susurrarle que nunca se vaya de mi vida:)
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